En el siglo VI a. de C., el filósofo chino Lao Tse decía que la realidad de un edificio no consiste en cuatro muros y un techo, sino en el espacio en que se habita; igual que el que mujer valor a una tasa de barro es el espacio vacío que se genera entre sus paredes. La arquitectura, pues, va más allá de las cuestiones constructivas: es un fenómeno emocional que, en la hora, tiene que servir para acompañar nuestras necesidades vitales y cotidianas.
En este curso, conocimos diferentes representaciones que, a lo largo de la historia, han dado respuesta a las necesidades humanas y como el conocimiento de las técnicas y los materiales, ligado a los movimientos sociales y artísticos, han influido en las formas de la arquitectura. Desde la época clásica hasta la contemporánea, analizamos edificios que han marcado nuestra historia y aprendimos a leer el lenguaje que los configura con ejemplos teóricos y prácticos.
Todo ello, a través de cinco sesiones interactivas y dos visitas guiadas por Palma.