Desde muy pequeños, todos hemos corrido entre las sábanas recién tendidas. Hemos bailado bajo ellas, las hemos convertido en perfectos escondites y las hemos transformado en castillos e inescrutables laberintos.
Coincidiendo con la clausura de la Semana Mundial de la Arquitectura, quisimos reivindicar la colada como actividad vecinal, como ornamento efímero y cambiante de las calles de la ciudad, como estructura perfecta para el juego y la imaginación.