Hemos tenido que sufrir una pandemia para darnos cuenta de la importancia que tiene el sector primario y sus trabajadores, sin los cuales, ningún otro tipo de actividad es posible. Infravalorado en muchos aspectos por la sociedad, el sector agroalimentario se ha revelado a los ojos de la sociedad como fundamental. A pesar de ello, no se ha reconocido su importancia y una vez pasada la pandemia el anonimato de las personas que trabajan en el campo se ha mantenido.

A través de esta propuesta, pretendemos visibilizar y dar valor al trabajo de este sector y a sus protagonistas, que nutren al sistema con alimentos y cosechas y que, además, son experimentados paisajistas que con sus acciones cotidianas nos ofrecen cada verano imágenes tan seductoras y minimalistas como las de los campos moteados con balas de paja.

El material principal de esta instalación, las balas de paja, genera una estructura laberíntica que permite la exploración y el juego. Entre medias, iremos descubriendo sillas de madera con nombres de payeses y payesas del pueblo de Campos, que compartirán su sabiduría y experiencias a través de breves entrevistas.